Sí, ya sé que parezco mi abuelita haciendo yogur en casa. Pero es tan fácil y simple, por no decir barato, que no entiendo por qué la gente ya no lo hace.
Se necesita: medio litro de leche de la mejor calidad posible. Ésta es fresca, entera y ecológica, así que guay.
Se pone a calentar en un cazo cuidando de que no hierva. Para hacerlo bien-bien hay que medir la temperatura de la leche, pero ni tengo termómetro culinario (de esos que sirven también para comprobar la temperatura del azúcar cuando hierve y se convierte en almíbar/caramelo) ni intención de comprarlo. Así, que como todo, lo hago a ojo, y si se me va la mano y me hierve la leche, espero a que se enfríe un poco.
Se pone la leche calentita en un termo (1) de boca ancha para poder sacar bien el yogur y (2) que tenga las paredes forradas de plástico y no de metal, que cortaría la leche.
Éste me costó 20 euros, y con dos veces que hagas yogur, ya está amortizado. A continuación se echa una cucharada de un buen yogur y se mezcla con la leche usando unas varillas: aquí utilicé éste de Pur Natur que me encanta.
Se cierra el termo y se deja la noche entera, y a la mañana siguiente, toma medio kilo de yogur!!
Yo me deshice de la yogurtera, ¡qué lástima!
ResponderEliminar¿Lo tomas con o sin azúcar?
No, no, de azúcar nada! Así tal cual, está buenísimo :)
ResponderEliminarPopy, estás hecha toda una cocinera, industrial fabricante, roba patentes de yogures y excelsa química.
ResponderEliminarMil besos.